No quiero decir que a todas las mujeres de hace unos cuantos años atrás les pasara lo mismo, pero les puedo asegurar que a alguna sí.
Y es que cuando la mujer se casaba, para ella suponía firmar un contrato de por vida y en este contrato incluía, amante, criada, cuidadora de sus hijos, persona que aguantara sus días de mal humor. Y, a pesar de todo esto, iba a limpiar casas por que el sueldo de él no daba para llegar a final de mes.
Esta mujer no sabía lo que era ir al cine con su marido, ir a un restaurante o simplemente dar un paseo, eso no era para ella. Su obligación era cuidar de su casa, sus hijos, procurar que no le faltara el plato de comida en la mesa, aunque no hubiese para ella, simplemente “él era el hombre”.
Ella no podía hablar con amigas y mucho menos dar una vuelta con ellas pues al casarse ya no tenía derecho a tener amigas, en cambio, él tenía sus amigos y su buen dinero en el bolsillo para invitarles sí era necesario.
Y así estaban hasta que uno de los dos faltaba, si era ella la que faltaba se le acababa la vida monótona y sometida que hasta entonces había vivido. Si por lo contrario era él, ella se libera de una opresión pero se quedaba sola, sin amigos por que no los ha tenido nunca y los hijos tenían sus vidas. Y un día sola en su casa, piensa ¿y ahora qué?
Escrito por: Fornieles.
Tienes razón y lo más curioso es que a eso se le llamaba "ser una mujer" como si eso fuera la vara de medir nuestra valia como personas ...¡menos mal que las cosas van cambiando!
ResponderEliminarKharmen